Escena VI
Dichos. VICTORIA, una HERMANA DE LA CARIDAD, que entran por el claustro.
JORDANA.— (a su encuentro.) ¡Ah, señora!...
VICTORIA.— ¿No está aquí Gabriela? MONCADA.— ¿Pero no fuisteis juntas a ver a los expósitos? VICTORIA.— Sí; pero allí se nos unieron las de Fiol. Pasamos de sala en sala. Unas bajaban, otras subían. Yo me perdí. Pareciome que Gabriela había bajado al refectorio.
JORDANA.— Ya parecerá...
VICTORIA.— Sor Agustina ha sido tan amable, que además de acompañarme por el laberinto de pasillos y escaleras, me ha informado de varias cosas que necesito saber.
LA HERMANA.— De ropa de cama y envolturas para los niños no estamos bien.
¿Verdad, D. Manuel? JORDANA.— Lo mejor será que se le dé nota exacta de lo que tenemos en el guardarropa, de las pensiones de lactancia, del coste anual de cada chiquillo...
VICTORIA.— Eso es. Ya me enterarán de todo cuando estemos más despacio.
LA HERMANA.— Pues con su permiso... (Saluda y se retira.) JORDANA.— Con que... Inspeccionemos el buffet.