Skip to main content
table of contents
Escena XV
Dichos. MONCADA, DANIEL, dándole el brazo.
MONCADA.— Gracias, Daniel, por la grata compañía, y este ratito de esparcimiento.
EULALIA.— Tenemos que hablarte.
MONCADA.— ¿Tú?... Ya tiemblo.
HUGUET.— (aparte a Eulalia.) Es prematuro...
MONCADA.— (aburrido.) Ea, no quiero saber nada, ni lo malo ni lo bueno. Me declaro incapaz de toda emoción. (Con desaliento.) Deseo estar solo... solo...
(Dirígese a su despacho, como queriendo huir de todos.) HUGUET.— No, pues yo no le dejo. (Vase tras Moncada.) EULALIA.— Ni yo... ¡Pobre hombre!, sin mi compañía, sin mis consuelos, sin este bálsamo que mi piedad derrama en las heridas de su alma, ¡qué sería de él! (Vase por la derecha.)