Skip to main content

La de San Quintín: Escena XVII

La de San Quintín
Escena XVII
    • Notifications
    • Privacy
  • Project HomeBenito Pérez Galdós - Textos casi completos
  • Projects
  • Learn more about Manifold

Notes

Show the following:

  • Annotations
  • Resources
Search within:

Adjust appearance:

  • font
    Font style
  • color scheme
  • Margins
table of contents
  1. Portada
  2. Información
  3. PERSONAJES y ACTORES
  4. ACTO I
    1. Escena I
    2. Escena II
    3. Escena III
    4. Escena IV
    5. Escena V
    6. Escena VI
    7. Escena VII
    8. Escena VIII
    9. Escena IX
    10. Escena X
    11. Escena XI
    12. Escena XII
    13. Escena XIII
    14. Escena XIV
  5. ACTO II
    1. Escena I
    2. Escena II
    3. Escena III
    4. Escena IV
    5. Escena V
    6. Escena VI
    7. Escena VII
    8. Escena VIII
    9. Escena IX
    10. Escena X
    11. Escena XI
    12. Escena XII
    13. Escena XIII
    14. Escena XIV
    15. Escena XV
    16. Escena XVI
    17. Escena XVII
    18. Escena XVIII
    19. Escena XIX
  6. ACTO III
    1. Escena I
    2. Escena II
    3. Escena III
    4. Escena IV
    5. Escena V
    6. Escena VI
    7. Escena VII
  7. Autor
  8. Otros textos
  9. CoverPage

Escena XVII

Dichos; CANSECO, por el foro; luego DON CÉSAR.

CANSECO.— Mi señor patriarca... Sr. D. Víctor...

DON JOSÉ.— (Reparando en el documento que CANSECO saca del bolsillo.) ¿Es el acta?

CANSECO.— Sí señor. (Se la entrega.)

DON JOSÉ.— (Llamando por la derecha.) César... hijo mío.

DON CÉSAR.— (Que sale por la derecha, expresando en su rostro confusión y cólera, que difícilmente puede contener. VÍCTOR y CANSECO le contemplan aterrados.) ¿Qué quiero usted, padre?

DON JOSÉ.— (A DON CÉSAR, dándole el documento.) Entérate. (DON CÉSAR le echa la zarpa y lo arruga convulsivamente.) ¿Qué haces?

DON CÉSAR.— Lo que debo. (Rompe el papel y arroja los pedazos.)

DON JOSÉ.— (Atónito.) ¿Pero hijo, qué es eso?

DON CÉSAR.— ¡Destruir, aniquilar...! ¡Oh, no, necio de mí! Fácilmente rasgo este papel... pero aquel oprobio, aquel engaño en que viví, ¿cómo romperlos y reducirlos a la nada? ¿Quién destruye el tiempo, quién los hechos aleves, la superchería infame, mi obcecación estúpida? (Aterrado mirando a VÍCTOR que continúa a la izquierda del proscenio en expectación dolorosa y muda, y sin entender lo que ocurre.) ¡Ah... ahí está... ese fraude vivo, mi error de tantos años... Su persona, que hasta hace poco me era grata, ahora me abochorna, me aterra!

VÍCTOR.— (¡Dios! ¿Qué dice?).

DON JOSÉ.— Hijo mío, tú deliras.

DON CÉSAR.— (Con desvarío, los ojos espantados.) Eso quisiera... delirar... soñar. Pero no, no. Ni aun me queda el consuelo de dudarlo.

DON JOSÉ.— ¿Qué?

DON CÉSAR.— (Aparte a DON JOSÉ en voz baja y lúgubre.) Es la propia evidencia, padre, la verdad viva. Es su letra, su fina escritura, bonita y pérfida; es ella misma, que sale del sepulcro, para revelarme su infame impostura.

VÍCTOR.— (Comprendiendo por la actitud de DON CÉSAR que pasa algo muy grave; pero sin entender lo que es.) ¿Qué misterio es este? (A CANSECO que se aproxima.) ¿Le habrán dicho algo de mí? Calumnia tal vez...

CANSECO.— (Confuso.) No sé...

VÍCTOR.— (Dando dos o tres pasos hacia DON CÉSAR.) Señor...

DON CÉSAR.— (Con terror.) No, te acerques a mí.

DON JOSÉ.— Víctor, ¿has dado algún disgusto a tu padre?

Annotate

Next / Sigue leyendo
Escena XVIII
PreviousNext
Powered by Manifold Scholarship. Learn more at
Opens in new tab or windowmanifoldapp.org