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Vigencias de don Benito: EL PREDADOR Y SU VÍCTIMA: EL INCESTO Y EL TRAUMA PSICOSEXUAL EN TRISTANA

Vigencias de don Benito
EL PREDADOR Y SU VÍCTIMA: EL INCESTO Y EL TRAUMA PSICOSEXUAL EN TRISTANA
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  1. PORTADA
  2. CONTRAPORTADA
  3. ÍNDICE
  4. INTRODUCCIÓN
  5. I MARGINALIDAD DE MARIANELA Y REPRESENTACIONES DE GÉNERO
    1. AMORES EN TIEMPOS DESIGUALES
    2. CRUELES NO SON, PERO MACHISTAS: LA REPRESENTACIÓN DE LA MASCULINIDAD Y FEMINIDAD EN MARIANELA Y TRISTANA
  6. II TRISTANA REVISITADA
    1. EL PREDADOR Y SU VÍCTIMA: EL INCESTO Y EL TRAUMA PSICOSEXUAL EN TRISTANA
    2. UNA SOCIEDAD INMISERICORDE: LA DISCAPACIDAD EN LA SOCIEDAD DE TRISTANA
  7. III CARAS DE LA MISERICORDIA
    1. LA CEGUERA DEL ALMA: SIN CARIDAD NO EXISTE MISERICORDIA
    2. LA FANTASÍA Y LA REALIDAD SON LA DOBLE CARA EN MISERICORDIA
  8. OBRAS CITADAS

EL PREDADOR Y SU VÍCTIMA:

EL INCESTO Y EL TRAUMA PSICOSEXUAL EN TRISTANA

Yomahira Carrera

¿Puede una víctima de abuso sexual enamorarse de su agresor? Existe la posibilidad de que una víctima de abuso sexual sufra del síndrome de Estocolmo. Este síndrome ocurre cuando la víctima simpatiza con su abusador. Esto quiere decir que la víctima desarrolla amor, aprecio y admiración por su opresor, secuestrador o agresor. Se encuentra en aquellas relaciones abusivas en las que la víctima (consciente o inconscientemente) le permite al abusador adoptar una posición de control, poder o autoridad sobre ella. Una de las razones por las que esto ocurre es porque la víctima se siente bien tratada, protegida y se identifica con su agresor. El abusador oprime y manipula de tal manera a su víctima que establece un vínculo emocional intenso con ella, hasta el punto de que esta termina amándolo y dependiendo de él. Esto ocurre por miedo, admiración o porque están convencidas que todo lo que hace el agresor es por su bien o protección. Tristana, la protagonista de la famosa novela de Benito Pérez Galdós con el mismo nombre, es abusada por un hombre que le triplica la edad. A pesar de que ella pasa por momentos en los que odia y desprecia a su agresor, al final, sin darse cuenta le perdona todo el daño causado y por si eso fuera poco, se casa con él.

La doctora Julie Herman, en su estudio sobre las relaciones incestuosas entre padre e hija, define el incesto como "any sexual relationship between a child and an adult in a position of paternal authority. From the psychological point of view, it does not matter if the father and child are blood relatives” (Herman 70). Esto quiere decir que el padre no necesariamente tiene que ser biológico para que la relación se considere como incesto. La relación entre una figura paterna como Juan López Garrido (don Lope) y Tristana, su hija adoptiva, era una relación abusiva e incestuosa. Tristana no era una niña, pero sí una muchacha joven, inocente e inexperta. Como dice Ibeth Villanueva, Sarmiento en su articulo “El abuso sexual infantil: Perfil del abusador, la familia, el niño, víctima y consecuencias psíquicas del abuso”: “El abuso sexual infantil, sobre todo el que acontece a nivel intrafamiliar (incesto), es una forma de violencia aguda e inexplicable, que vulnera a seres indefensos como son los niños, y afecta sus posibilidades de lograr un desarrollo humano óptimo y funcional”. Tristana tiene sueños y ambiciones que nunca llega a realizar ya que su desarrollo emocional y mental estaban estancados dentro de una relación enfermiza con don Lope.

Don Lope tenía cincuenta y siete años cuando tomó a Tristana como su hija cuando apenas tenía veintiún años. Tristana había perdido a su padre a los diecinueve años y poco tiempo después ella pasaría a ser la encargada en su hogar ya que su madre sufría de una rara obsesión con la limpieza por temor a los gérmenes. Al morir su madre, don Lope “adopta” a Tristana ya que había quedado huérfana. Este pasa a ser el protector de Tristana, pero en vez de actuar como un padre para ella, la termina convirtiendo en su amante. Sabemos que Tristana era virgen al Galdos decir, “que Tristana se fue a vivir con don Lope, y que éste... (hay que decirlo, por duro y lastimoso que sea), a los dos meses de llevársela aumentó con ella la lista ya larguísima de sus batallas ganadas a la inocencia.” Es claro que esto de abusar de jovencitas y quitarles la virginidad era algo recurrente para un viejo experto como don Lope.

La gravedad de este abuso no solo se basa en los treinta y seis años de diferencia entre Tristana y don Lope, sino en el hecho de que Tristana es abusada sexualmente por la única persona que ella consideraba como una figura paternal. Claro está que “Tristana, en los primeros tiempos, no dio importancia al hecho monstruoso de que la edad de su tirano casi triplicaba la suya” (Galdós 18). Para ella, la vida que llevaba con este hombre era algo normal ya que no conocía nada mejor. “Era yo entonces un poco más tonta que ahora, y ese hombre maldito me dominaba, haciendo de mí lo que quería” le dice Tristana a Horacio cuando le confiesa que don Lope no era su esposo. Conforme Tristana se vuelve adulta, va entendiendo que la vida que tenía no era ni normal, ni sana, ni lo que ella quería.

Aparte de abusar de ella también está el hecho que la había deshonrado y ningún hombre común de la época querría tomarla como esposa, especialmente en un tiempo en el que la virginidad era algo tan cuidado y preciado. Al hablar con Horacio ella le dice, “Soy una mujer deshonrada, pero soy libre. ¿Qué prefieres?... ¿que sea una casada infiel o una soltera que ha perdido su honor?” (Galdós 48). Tristana tenía que defender el hecho de que no era su culpa el ser una mujer “impura”, para esto recurre a adoptar un comportamiento de “si lo quieres lo tomas y sino lo dejas”. Posiblemente hacia esto como un mecanismo de defensa. Mientras que le cuenta la verdad sobre don Lope a Horacio, le dice que ella no estaba casada con su marido y luego se retracta para decir, “digo, con mi papá... digo, con ese hombre”. Luego hasta termina diciéndole “hijo” a Horacio. Es como si Tristana no supiera la diferencia entre el amor filial y el amor conyugal.

Triste la vida de una joven vulnerable que cae en las garras de un tipo como Juan López Garrido, “... no era hija, ni sobrina, ni esposa, ni nada del gran don Lope; no era nada y lo era todo, pues le pertenecía como una petaca, un mueble o una prenda de ropa, sin que nadie se la pudiera disputar” (Galdos 6). Don Lope era un predador y Tristana su presa. No había escapatoria para una muchacha que a través del “grooming” terminó enamorada de su atacante. Un hombre con la experiencia de don Lope sabía exactamente cómo hacerlo: “Ya que no cautivar el corazón de la joven, supo el maduro galán mover con hábil pulso resortes de su fantasía, y producir con ellos un estado de pasión falsificada, que, para él, ocasionalmente, a la verdadera se parecía” (Galdós 18). Es así como Galdós nos presenta a una mujer soñadora e idealista que por dentro sufre un enorme trauma.

Algunas de las características femeninas apreciadas en la época de Tristana eran la pasividad y la incapacidad de pensar por sí mismas. En la primera parte de la novela, Galdós nos presenta a Tristana como una mujer con ideas propias, que no le gustaba la idea del matrimonio ya que quería ser libre e independiente. Desafortunadamente, al final de la novela vemos a una Tristana domesticada, casada y “disfrutando” de las labores del hogar: “Por aquellos días, entrole a la cojita una nueva afición: el arte culinario en su rama importante de repostería” (Galdós 156). Galdós como escritor realista, nos presenta la imposibilidad de que una mujer con las ideas liberales de Tristana, llegue a ponerlas en práctica. Una mujer que quería ser actriz y tener relaciones amorosas sin compromisos formales, era demasiado “moderna” para ser aceptada en la sociedad.

¿Por qué Tristana no logra realizar sus sueños? Tal vez una de las razones es que tanto su vida como su entorno están llenos de limitaciones. Una de estas limitaciones es la sociedad patriarcal en la que vive. En realidad, las mujeres solo podían seguir tres “carreras” durante su época: casarse, el teatro, o ser prostitutas. Su otra limitación es física ya que después de sufrir una terrible enfermedad, le terminan amputando la pierna. Al cortarle la pierna, le habían cortado las alas y ya no podía seguir volando en busca de su libertad. Su espíritu soñador y aventurero había desaparecido. Termina casándose con el despreciable de don Lope, nos dice Galdós: “Casi no se dio cuenta de que la casaron, de que unas breves fórmulas hiciéronla legítima esposa de Garrido, encasillándola en un hueco honroso de la sociedad.” Es así como Tristana (sin voz ni voto) termina presa del tipo de vida que más repudiaba, al lado de un hombre que la manipulaba.

El final de Tristana es lamentable y decepcionante para el lector que había puesto sus esperanzas en una mujer adelantada a su época que podría lograr ir en contra de una sociedad machista que le intentaba imponer un tipo de vida que ella despreciaba. Lamentablemente no fue así. Como lo explica Bridget Aldaraca en el epílogo de su libro El Ángel del hogar: “...the laws of nature, of man-made patriarchal society, and finally, of the Spanish tradition: "La mujer honrada, pierna quebrada y en casa", a phrase that combines the authority of the bourgeois expression "A Woman's Place is in the Home"-restrained, correct but dictatorial with the threatening rednecked male chauvinism of ''keep 'em bare-foot and pregnant” (Aldaraca 231). Las reglas patriarcales indican que una mujer honrada debe estar casada, por lo tanto, la sociedad fue más fuerte que ella. Su estado mental no le permitía seguir luchando.

A lo largo de la novela nos encontramos con una Tristana en un estado de “numbness” (adormecida), esto nos indica la severidad de su estado mental a causa del trauma psicosexual vivido con don Lope. Al principio cuando Galdós nos habla sobre la situación de Tristana, este dice: “Tristana aceptó aquella manera de vivir casi sin darse cuenta de su gravedad. Su propia inocencia, al paso que le sugería tímidamente medios defensivos que emplear no supo, le vendaba los ojos, y sólo el tiempo y la continuidad metódica de su deshonra le dieron luz para medir y apreciar su situación triste” (Galdós 18). Luego al final de la obra el día de la boda dice, “... la señorita no tuvo nada que oponer al absurdo proyecto. Lo aceptó con indiferencia; había llegado a mirar todo lo terrestre con sumo desdén. No sentía el acto, lo aceptaba, como un hecho impuesto por el mundo exterior...” (Galdós 155). Cuando uno es abusado sexualmente, el cuerpo y la mente se desconectan. Esto no solo ocurre durante el acto sexual, sino también durante el tiempo que esa “relación” pueda durar. No es que una quiera o que le guste el abuso, es extremadamente difícil escapar de las garras de un depredador.

Don Lope merecía una vejez triste y solitaria, pero ocurre todo lo contrario, Tristana se queda a su lado como premio a todas sus fechorías. Explica Bridget Aldaraca: “Not until the novel's end is the horror and perversity of Don Lope's amoral behavior finally given complete expression in the detailed description of a senile old man tied forever by marriage bonds to an aging and silent woman who has apparently suffered not only a physical mutilation but also severe psychological trauma (Aldaraca 235). Aquí los que hacen el bien son castigados y los que hacen el mal son recompensados. Galdós termina la obra diciendo: “¿Eran felices uno y otro?... Tal vez”. Nos preguntamos si una muchacha abusada, traumatizada y minusválida puede llegar a ser feliz al lado de su agresor. ¿Es posible eso en realidad? Lo dudo.

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