LA FANTASÍA Y LA REALIDAD SON LA DOBLE CARA EN MISERICORDIA
Dayana Pimentel
¿Qué sería de este mundo si no existiera en nuestra mente la fantasía? En la novela Misericordia, Benito Pérez Galdós nos enseña la realidad de pobreza, existente durante ese siglo y hoy día, haciendo énfasis en la falsedad que predomina en los seres humanos y que puede permanecer oculta para siempre. En el siguiente ensayo, pretendo analizar cómo la realidad y la fantasía funcionan dentro de la gran novela galdosiana. En el marco de este estudio, me centraré en la extraordinaria conciencia de los protagonistas a medida que transcurre la obra. Misericordia es una de las novelas más realistas de Galdós, dentro de la cual podemos conocer la doble cara de la realidad a través de sus personajes. Galdós nos muestra diferentes perspectivas de la realidad social, mostrándonos lo que es real y lo que es falso. En esta novela a través de sus personajes Galdós deja plasmado los defectos de los seres humanos presentando la verdad entre la realidad y la fantasía.
Benina es el personaje en el que Galdós se enfoca a la hora de presentar la realidad de la novela. Benina es una mujer que se sacrifica por los demás hasta el punto de que mendiga por su patrona para que esta pueda comer, sin que esta se entere que esta mendiga para sustentar el hambre de su ama. Benina es algunos de esos personajes que saben su realidad. A pesar de que es de clase baja, ella busca la manera de cómo resolver sus problemas y no depende de nadie para que la ayude, más bien ella ayuda a los demás sin esperar recibir nada a cambio. Ella se quita el pan de su boca para dárselo al prójimo. Benina demuestra con sus gestos un amor incondicional por Doña Francisca. No solo ayuda a su ama, sino a cualquier persona que se le cruzaba con un problema en frente; sin importar en cuál situación ella se encontraba, ella buscaba hasta debajo de la tierra si era posible, solo para ayudar a esa persona. Benina hace todo lo posible por Doña Francisca, quien hace tiempo estaba viviendo en la miseria luego que su esposo se muriera y se quedara con sus dos hijos casi en la calle. Benina es la única persona que la ayuda incondicionalmente y, a pesar de su miseria, está a su lado sin dejarla sola.
Una de las fantasías que nos revela Benina en esta novela es cuando ella inventó una mentira para que Doña Francisca no se diera cuenta de que ella iba a las calles a buscar limosna para sustentarse. Esta le dijo que estaba trabajando en la casa de un buen señor llamado Don Romualdo. Esto se puede reflejar en la siguiente frase: “Si yo pensara que usted lo había de adivinar, habría estado más tranquila—afirmó la criada que, en su extraordinaria capacidad para forjar y exponer mentiras, supo aprovechar el sólido cable que su ama le arrojaba—. ¡Y que no ha sido floja la tarea!” (Misericordia 34). En este pasaje, se puede ver cómo Benina se inventa esta fantasía para que Doña Francisca no descubra la verdad. Resulta inevitable preguntarse cómo es capaz una persona de ocultar su realidad con una mentira.
Doña Francisca es todo lo contrario a Benina, esta no asimila su realidad. Es una mujer de clase media y con alto rango social; a pesar de estar en la miseria, sigue ocupando su lugar en la sociedad. Francisca también juega un papel importante en la obra, ya que es la representación de la doble realidad, es decir ella vive de una fantasia. Ella es una señora que no vive en su realidad. Aún cree que tiene la misma situación económica que tenía antes, pero es todo lo contrario. Francisca vive de su sirvienta Benina, quien es la única persona que hace todo lo posible para ayudarla. Es como si fuera su ángel, que está siempre ahí para ella sin importar la situación que esté pasando. Benina pensaba que Paca era su familia y por esto la ayudaba tanto sin importar que esta le pagara; más bien esta muchas veces era quien saciaba el hambre de Doña Francisca.
En la novela Galdós nos muestra a través de Doña Francisca una fantasía que se vuelve realidad. Ella sueña que un señor va a su casa y le entrega un dinero que la va a sacar de esa miseria en que vivía. Resulta que esta fantasía se volvió realidad. Un día llega un señor a la puerta llamado Romualdo, el mismo que Benina había inventado. ¡Qué irónica es la vida! Aquí se puede ver que Galdós está jugando con sus lectores. Porque inventar un personaje y luego aparecer como arte de magia es increíble. En esta parte, Galdós nos muestra que la fantasía se puede volver realidad. Paca, tras la fantasía que se le vuelve realidad, consigue un dinero que la ayuda a salir de su situación. Pero en ese momento su sirvienta Benina es apresada por estar mendigando. Aunque estaba preocupada por su sirvienta al principio, luego se olvida de la que la ayudó tanto en esos momentos difíciles que vivieron. Luego que Doña Francisca recibió la herencia que tanto anhelaba se olvidó de su querida Benina ya que, según la nuera de Francisca, no había espacio para quedarse en su casa. Una vez más Galdós nos muestra la realidad de la vida: luego de ayudar a una persona tanto, esta no es capaz de ser agradecido. Francisca mordió la mano de aquella persona que le dio de comer, como demuestra el siguiente pasaje: “No te faltará qué comer, ni cama en qué dormir. Me has servido, me has acompañado, me has sostenido en mi adversidad. Eres buena, buenísima; pero no abuses, hija; no me digas que venías a casa con el moro de los dátiles, porque creeré que te has vuelto loca.” (Misericordia 232). Doña Francisca nos muestra su egoísmo tras no recibir a Benina, quien fue su ángel, cuando este más necesitaba de alguien que cuidara de ella y buscaba su sustento en los malos momentos que vivía.
Galdós, con el personaje de Francisca, nos muestra la realidad de muchas personas que desde que consiguen todo, luego de no tener nada, se vuelven egoístas. Benina juega un gran papel en la obra, ya que a través de este personaje Galdós nos muestra la realidad que viven muchas personas y las grandes pruebas que pasa un ser humano, cuando este lo entrega todo y no recibe nada a cambio. Hoy en día vivimos mucho ese hecho ya que podemos ayudar a una persona mil veces cuando esa persona no tiene nada, pero cuando la fortuna cambia se olvida de la persona que estaba en los momentos más difíciles de su vida.
Galdós nos muestra la realidad de los personajes envolviéndola en una burbuja de fantasía, como escape a la situación cotidiana a la que se tenía que enfrentar. Almudena es también un buen ejemplo de las dos caras de la realidad. A través de sus supersticiones, volaba en un mundo de fantasía para evadir la vida dura que le tocó vivir por su condición de ciego e inmigrante. Una de las fantasías de Almudena se revela misteriosamente cuando le dice a Benina que ella se va a quedar con todo lo de Carlos: “Por fin, con extraordinaria gravedad y tono de convicción profunda, Almudena dijo a su amiga que todos los dinerales de D. Carlos podía ser de ella, si quisiera” (Misericordia 70) En esta parte se puede ver que Almudena estaba soñando despierto, porque él lo dice sin pensarlo, como si él tuviera fe en que eso en realidad iba a suceder. Galdós, a través de estas fantasías, quería buscar consuelo para sus personajes, para que estos pensaran en una solución a sus problemas. Otra fantasía de Almudena es cuando este le cuenta a Benina cómo perdió la vista: “En el agua flotaban dos caballos muertos, cosa mala. Al salir del baño le dolían los ojos: a los tres días era ciego” (Misericordia 80). Dentro de este relato también se ve una fantasía en referencia a los cabellos muertos.
Almudena, al igual que Benina, tienen una gran conexión. A pesar de su situación, ambos buscan la manera de enfrentar sus problemas juntos. Es relevante el corazón tan grande que tenía Almudena, ya que era la única persona que estaba con Benina recorriendo las calles y también era la única persona que la escuchaba. Ambos tenían los pies en la tierra y buscaban por sí solos la limosna para sostenerse. Son testigos de la realidad. Así, cuando ambos caen presos por estar mendigando en la iglesia San Sebastián se puede ver el sacrificio y los sufrimientos que pasan los seres humanos y más cuando no les están haciendo el mal al prójimo. Galdós, con el personaje de Almudena en esta novela, nos muestra la realidad de muchos ciegos e inmigrantes que pasan trabajo en las calles sin que nadie los ayude, sin una familia que le dé un techo para pasar las noches.
Otro personaje que vive una realidad escindida entre realidad y fantasía es Don Frasquito. Él es un personaje de clase media que lo pierde todo, hasta el punto de que un día tuvo que quedarse a dormir en la casa de otra persona, ya que este no tenía donde quedarse. Galdós nos invita a preguntarnos: ¿cómo es posible que una persona llegué a perder todo? Don Frasquito no asimila su realidad. La única persona que sabe de toda su situación económica es Benina. Esta hace todo lo posible para ayudarlo. Él no quiere asimilar su realidad. Vive de una vanidad que no lo llevará a ningún lado, pues con la vanidad no se come. Tanto es así que un día cuando este consiguió dinero en vez de guardarlo o gastarlo en algo más necesario (por ejemplo, en la comida, ya que estaba pasando hambre), prefirió gastarlo en una estampilla: “La Emperatriz Eugenia... ¿Pero no la ven? No lo había más que en casa de Laurent, y no lo daban por menos de una peseta... Forzoso adquirirlo, demostrar a Obdulia la similitud” (Misericordia 98). Esta parte le sorprendió mucho a Benina, pues ¿cómo es posible gastar el dinero en un retrato cuando se tiene necesidad? Ella llega a dudar de la cordura de su amigo: “D. Frasquito, por la Virgen, mire que vamos a creer que está ido... ¡Gastar la peseta en un retrato!” (Misericordia 98). Carlos corrió la misma suerte que Doña Francisca al recibir parte de la herencia. Con esta, pudo salir de su situación económica. He aquí un ejemplo de la fantasía que se convierte en realidad, por más que no la vivamos en nuestra vida ordinaria.
Galdós, con el personaje de Carlos, hace referencia a otro perfil de la doble realidad. Carlos es el único personaje adinerado en esta novela. Es un señor que se volvió rico a costa de las necesidades de los demás, en este caso de su cuñada, Doña Francisca. En esta parte Galdós nos muestra la insensibilización social del ser humano ante la situación de tragedia del prójimo. Aunque Carlos es quien da limosna a los mendigos, este lo hace con una segunda intención: la de que se le perdonen sus pecados. Don Carlos vive la fantasía de que si da limosna a los más necesitados Dios lo perdonará. Difícilmente nadie puede ser perdonado por dar dos monedas a los pobres. La tacañería de Carlos llega al punto de contar una asignación para su propia cuñada: “Doce duros—repitió D. Carlos pasando las monedas de una mano a otra—; pero no se los doy en junto, porque sería fomentar el despilfarro: se los asigno.” (Misericordia 67). Galdós a través de este personaje nos hace ver la realidad de muchos ricos que, para ser perdonados por sus pecados, dan limosna a los mas necesitado, pero estos no lo dan desde el corazón, sino que quieren ser aceptados en el reino de Dios de alguna manera y piensa que el dinero lo resuelve todo. El autor nos quiere decir con este personaje que hay que obrar desde el corazón sin esperar nada a cambio ni pensar que seremos perdonados por Dios. Dios es misericordioso y ve nuestros corazones y sabe cuándo hacemos algo desinteresadamente solo para ayudar al prójimo de verdad, como lo hacía Benina con Doña Francisca.
Galdós al escribir esta novela nos hace reflexionar de la realidad que vivimos, ya que muchas veces no queremos asumir nuestras verdades y queremos vivir en un mundo de fantasía. Al escribir esta novela abrió muchos caminos que nos ayudaran a ver la realidad de nuestras vidas y de nuestro alrededor. Muchas personas no asumimos nuestra realidad, pues siempre queremos lo mejor para nosotros. Pero, en verdad, tenemos que abrir los ojos y asumir las realidades que nos tocan vivir ya que tenemos que aceptar lo que somos y enfrentar las situaciones que se nos presenta en el camino, para así poder enfrentar con entereza nuestras duras realidades. Galdós a través de esta novela nos muestran otra versión de la fantasía una fantasía que se vuelve realidad. Galdós es un autor que nos hace captar la realidad de su novela de una manera más realista. Galdós plasma en la novela una clase baja, que no era mencionada en la literatura tradicional. Nos muestra la realidad desnuda del mundo. Frente a un grupo social que tiene que aceptar su condición, la clase media nos muestra personajes que no aceptan sus realidades por miedo a sentirse fracasados en la vida.
En Misericordia, Galdós nos muestra el lado realista de sus personajes desde los sentimientos más puros, más limpios, más grandes que existen. Esos sentimientos que pasan los límites de la realidad y nos lleva a conocer la realidad de los seres humanos, esa que existe en nuestra mente, pero que podemos darle vida en nuestros corazones. Galdós, a través de la fantasía que se convierte en realidad, consigue mostrarnos los sueños y la esperanza. La fantasía es el único camino que nos permite acercarnos a los deseos de conseguir una mejor vida. La fantasía crea una realidad que nos da alivio en nuestros corazones preocupados, por más que en muchos casos sea un falso consuelo, ya que las situaciones acaban de imponerse a la fantasía.