Rosario de Acuña (1850-1923), “¡Poetisa…!”
[1] Raro capricho la mente sueña:
Será inmodesta, vana aprensión.
Tal palabra
no me cuadra;
su sonido
a mi oído
no murmura
con dulzura
de canción;
no le presta
la armonía
melodía
y hace daño
al corazón.
[ 2] Tiemblo escucharla. ¿Será manía?
Oigo un murmullo cerca de mí:
no me cuadra
tal palabra;
que el murmullo
que al arrullo
de la sátira
nació,
me lastima
con su giro
y un suspiro
me arrancó.
[3] Si han de ponerme nombre tan feo,
todos mis versos he de romper.
No me cuadra
tal palabra;
no la quiero;
yo prefiero
que a mi acento
lleve el viento
y cual sombra
que se aleja
y no deja
ni señal,
a mi canto
que es mi llanto
arrebate
el vendaval.
Publicado en Ecos del alma. Madrid, A. Gómez Fuentenebro, 1876, p. 4.
Fig. 3. Retrato de Rosario de Acuña. Fuente no determinada. Dominio público.