Skip to main content

Contexto histórico: España siglo XIX: Shrine20230205 14325 1wx662r

Contexto histórico: España siglo XIX
Shrine20230205 14325 1wx662r
    • Notifications
    • Privacy
  • Project HomeHispanic Cultures II: 1810-present
  • Projects
  • Learn more about Manifold

Notes

Show the following:

  • Annotations
  • Resources
Search within:

Adjust appearance:

  • font
    Font style
  • color scheme
  • Margins
table of contents
This text does not have a table of contents.

Español 342

Contexto Histórico: España a principios del siglo XIX (ver también la presentación PPT en Blackboard)

En el siglo XIX en España hubo una crisis general de las instituciones nacionales. La Revolución Francesa, la invasión napoleónica y la Guerra de Independencia, aunque en un principio tendieron a unir a los múltiples grupos religiosos, políticos y sociales, dejaron como herencia una división aún más profunda que la que ya se percibía durante el siglo anterior.

En oposición a la transformación revolucionaria francesa, en España se defendió no solo la religión católica, sino también la monarquía absolutista y el centralismo administrativo y político. Así, la historia del siglo XIX español se convirtió en una constante contienda entre un liberalismo ilustrado, centralista, frecuentemente agresivo y paternalista hacia un pueblo generalmente analfabeto, y un tradicionalismo absolutista y católico intransigente y mayoritario. Ambos grupos, dogmáticos, pretendieron imponer sus creencias al resto de la sociedad.

Inicio tumultuoso del siglo XIX: La invasión napoleónica (1808) y la Guerra de Independencia (1808-1914)

Cuando Napoleón invadió España en 1808, España estaba en manos del rey Fernado VII, que había adoptado el despotismo ilustrado importado de Francia en el siglo anterior. El rey tuvo que exiliarse pero los españoles inmediatamente se levantaron a luchar contra la invasión napoleónica. Es lo que se conoce como guerra de independencia (1808-1914), que enfrentó al poderoso ejército francés con la población civil española sin organización apenas. Este desequilibrio de fuerzas fue inmortalizado por el genial artista Francisco de Goya en la pintura llamada “Los fusilamientos del 3 de mayo.”

La guerra de independencia militarizó la sociedad española. La opinión pública organizada era inexistente. No había partidos políticos ni libertad de asociación o de prensa. El ejército y el clero eran las únicas fuerzas sociales organizadas. A diferencia de épocas anteriores y como consecuencia del carácter frecuentemente espontáneo y popular de la resistencia contra las fuerzas francesas, los mandos del ejército ya no eran exclusivamente nobles; muchos oficiales eran de origen modesto y el ejército les dio la oportunidad de ascenso social. Los oficiales formaron una especie de clase media instruida, a veces honesta, preocupada por modernizar el país pero en tensión constante con la oligarquía nobiliaria y clerical que trataba de mantenerla apartada de los asuntos de estado. Este carácter popular de la resistencia armada hizo que se multiplicaran los ataques sorpresa en las zonas más salvajes y montañosas de España. Así se consiguieron muchas victorias sobre las tropas francesas. Pero junto con guerrilleros y héroes populares, como Espoz y Mina, Juan Martín Díaz ("el Empecinado"), el cura Merino, famoso años después en las guerras carlistas, o José Palafox y Agustina de Aragón, muertos años más tarde en rebeliones contra Fernando VII, se mezclaban grupos de delincuentes, desertores y bandidos que se comportaban más como bandoleros que como soldados. Todos estos grupos o individuos, militares más o menos organizados, subsistieron y jugaron un importante papel en golpes de estado, aventuras políticas, guerras carlistas (ver abajo) y pronunciamientos militares que con la violencia o el chantaje de la violencia fueron reemplazando al poder civil a lo largo del siglo XIX.

Liberales (moderados o radicales) o absolutistas acudieron con frecuencia al ejército y a las bandas armadas para que impusieran sus reformas o suprimieran por la fuerza las impuestas por el bando contrario. Antiguos guerrilleros o generales como Riego, Espartero, O'Donell, Prim, y Narváez fueron dirigentes de ambos partidos, absolutistas o liberales más o menos moderados.

Estos hechos históricos produjeron las narraciones de guerrilleros populares y héroes nacionales de la Península, a las que se sumó la imaginación de los extranjeros que vieron en España una tierra cruel y bárbara, casi Oriental, en la que subsistía el pintoresquismo de la Edad Media y el folklore de gitanos, frailes, mendigos y delincuentes. Escritores y viajeros franceses como Chateaubriand, Victor Hugo, Teófile Gautier, Alejandro Dumas y Merimée contribuyeron a la imagen de una España romántica, más africana que europea, de instintos crueles y violentos, orgullosa y satisfecha de su pasado, su individualismo, su honor, independencia y libertad.

Annotate

Semanas 1 & 2: . La independencia de América Latina (1810-1820)
Powered by Manifold Scholarship. Learn more at
Opens in new tab or windowmanifoldapp.org