TIERRA MIA
Walter Rada
Soledad,
hermosa tierra mía,
dime cuándo, cómo o dónde
me quedaré contigo.
Dime, Soledad,
cuándo, cuándo, cuándo,
encontraré en ti, fertilidad sobre tu suelo,
líderes de tierra, no de aire ni vuelo.
¡Oh! Soledad,
cuándo te veo, me das vida.
A pesar de encontrarme lejos,
me siento parte de ti..
Yo estoy hecho de tu tierra, tu agua, tu fuego:
cuándo llueve en ti, yo pienso en tu lluvia,
cuándo tropiezas, yo me resbalo,
cuándo te abusan, yo siento el abuso,
cuándo te atropellan, yo sufro el castigo.
Yo llevo una soledad muy dentro de mí,
aunque vivo en la Soledad de Nueva York:
consigo tus butifarras, en Jamaica Avenue;
tu arroz con lisa, en Northern Boulvard;
tus pasteles, en Flushing Meadow Park;
y, tu vallenato y cumbia, en Junior Caribe.
¡Oh! Soledad,
tierra mía, siempre te mantengo presente:
aún conservo tu sol templado que quema mi frente,
tu viento que sopla en los atardeceres,
tus aguas que inundan el mercado público,
y las canoas que abastecen tu puerto.
Soledad,
aquí en octubre es otoño
y los árboles empiezan a deshojar.
Día tras día todo es oscuro, y con el paso del tiempo
los días se hacen más fríos y duros.
El frío nos golpea con su crudeza,
mas la nieve y el sol nos dan fortaleza.
En ti Soledad,
no hay frío ni nieve ni siquiera otoño.
Hay más bien primavera.
Una primavera que alegra a la gente,
se invita a las noches candentes.
¡Oh! Soledad, dame tu primavera.
Envuélveme en tu manto de armiño.
Hazme sentir como un niño,con el amor de tu gente y su cariño.
Soledad,
no puedo olvidarte:
no puedo vivir sin tus fiestas patronales,
las de mi San Antonio;
no puedo vivir sin tus carnavales,
La Gran Parada y Las Noches de Guacherna.
¿Qué haré sin ti, Soledad?
Lejos de ti Soledad,
te he seguido siendo fiel:
he conocido hermosas ciudades,
pero ninguna me ha cautivado;
he disfrutado los mejores manjares,
pero ninguno me ha gustado;
he conocido muchos jardines,
pero ninguno me ha impresionado.
¡Oh! Soledad,
dónde quiera que estoy, me siento orgulloso de ti.
Siempre voy con la frente en alto.
Nunca olvido mencionar tu nombre.
Siempre mantengo tus valores vigentes.
Nunca niego mis raíces ni mi gente.
Soledad,
dime cuándo, cuándo, cuándo,
me acogerás en tus entrañas.
Dime cuándo podré vivir dentro de ti.
Dime cuándo podré despertar entre tus brazos.
Dime, patria mía, ¿cuándo podremos estar juntos?