Argentina siglo XIX
Al terminar las guerras de la Independencia, las Provincias Unidas del Río de la Plata abarcaban casi la totalidad de lo que había sido el anterior Virreinato del Río de la Plata. En 1819 se reunió un Congreso Constituyente que promulgó una Constitución republicana; pero en 1826 las Provincias se rebelaron contra el presidente Bernardino Rivadavia. Esta primera guerra civil duró tres años. A la guerra interna se agregó una guerra con el Brasil por la posesión de la Banda Oriental (hoy Uruguay). En 1828 el triunfo de las Provincias Unidas significó una paz momentánea con el Brasil. Pero en el interior de la futura república argentina se encendió una guerra civil sangrienta entre federales--caudillos conservadores, autonomistas y regionalistas que buscaban una relación de igualdad entre todas las provincias--y los unitarios, liberales partidarios de una hegemonía centralizada en Buenos Aires y su puerto, por el que buscaban abrir todo el territorio al libre comercio con Europa.
En 1829 asumió el poder en Buenos Aires Juan Manuel de Rosas, un rico terrateniente federal que concilió los intereses contrapuestos del puerto y del interior mediante una ley de aduanas que limitaba la penetración de productos provenientes de Francia e Inglaterra. Rosas se defendió exitosamente de agresiones militares de estas dos potencias que, sin invadir el territorio, bloquearon el puerto de Buenos Aires.
En 1852 los unitarios derrotaron a Rosas. Entonces las Provincias Unidas empezaron lentamente a tratar de organizar a una Argentina importadora de productos manufacturados y de capital británico, y exportadora de materia prima, carne y cereales. Pero las guerras en el interior y el exterior de las Provincias continuaron. En nombre del liberalismo económico y político, Bartolomé Mitre, presidente de 1862 a 1867, se alió con Pedro II, emperador del Brasil, y Venancio Flores, presidente del Uruguay, para librar contra Paraguay una guerra de exterminio conocida como la de "la Triple Alianza". En el momento de la "victoria", Domingo Faustino Sarmiento, autor de Facundo: civilización o barbarie, había sucedido a Mitre en la presidencia. Al terminar la guerra empezó la fase de adaptación al mercado neocolonial internacional. Mientras nuevos ferrocarriles y puertos aseguraban la transferencia eficiente y rápida de riqueza hacia Londres y los mercados internacionales, en 1880 bajo la presidencia de Julio Roca se completó la apropiación del territorio interior mediante el exterminio de los indígenas de la Patagonia y el Chaco paraguayo. Esos nuevos territorios se abrieron a la inmigración masiva de campesinos y obreros europeos, sobre todo españoles e italianos. Con esta inmigración masiva empezó el apogeo de la oligarquía liberal argentina, que duró hasta principios del siglo XX.